Dios está contigo ahora.
Él te acompaña y te lleva de su mano poderosa.
A pesar de tus lágrimas, a pesar de tus dudas y flaquezas,
Él todavía está contigo. Y te lo recuerda en su palabra por medio de lo que escribió el apóstol Pablo:
"Por eso, alégrense, aunque sea necesario que por algún tiempo tengan muchos problemas y dificultades.
Porque la confianza que ustedes tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se prueba con fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se prueba por medio de los problemas.
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