A quien quieres agradar.....
Una vez, un joven estudió violín con un maestro de renombre
mundial. Trabajó arduo durante varios años para perfeccionar su
talento y al fin llegó el día cuando se le pidió que diera su primer importante
recital en público, en la gran ciudad donde vivían ambos, él y su maestro.
Luego de cada selección que él presentaba con gran habilidad
y pasión, el violinista parecía receloso ante los grandes aplausos que recibía,
aun sabiendo que aquellos en la audiencia eran astutos en la música y no dados
a aplaudir presentación alguna que no fuera de calidad superior.
El joven actuaba como si no pudiera escuchar el aprecio que
era derramado sobre él.
En el cierre del último número, los aplausos fueron
estruendosos y se escucharon numerosos Bravos.
No obstante, el talentoso joven violinista tenía sus ojos
fijos en un solo lugar.
Al fin, cuando un anciano en la primera fila del balcón
sonrió y asintió con su cabeza en señal de aprobación, el joven se calmó y
brilló con alivio y gozo.
¡Su maestro había alabado su trabajo! Los aplausos de miles
no significaron nada hasta que él ganó la aprobación del maestro.
¿A quién intentas agradar hoy? Nunca podrás agradar a todos,
pero sí a Aquel que es más importante, tu Dios. Mantén tus ojos en él y no fracasarás.
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